Alina Osbal

SILENCIOS QUE DEJAN ECOS

 

 

Te he querido escribir desde hace tiempo, pero no sabía qué contar. No ha pasado nada interesante en mi vida. Es como si  éste cuerpo no tuviese alma. ¿Será que de pronto me has matado y yo sigo sin darme cuenta?   Estoy tumbada en mi cama, sólo mirando el techo en plena oscuridad, tal como si esperara una autopsia.   ¿Qué me has hecho? -Estoy consciente, de que te has llevado el órgano que me presta vida... Pero, ¿de verdad no extrañas el café por las mañanas?... ¿No extrañas aquellas infantiles danzas por recibir mis dulces favoritos? ¿No extrañas las dulces caminatas por el bosque?... No es que lo extrañe, pero me cuesta trabajo aceptar que te ha sido fácil olvidar todo lo que fuimos.   A pesar de las circunstancias, sé que eres una gran persona... que busca el amor y al mismo tiempo le huye... ¿A qué le temes o qué quieres demostrar?     Por otra parte, me daba cuenta que las mentiras comenzaban a brotar como cascadas,y aún así quería permanecer a tu lado.  Que los momentos llenos de risas, chistes y canciones se convirtieron en silencios y distancias.  Pero también me dí cuenta que los silencios son tan ruidosos que dejan ecos. Que el frío quema aún siendo Julio.   Me di cuenta que no soy para ti, y no eres para mi. No vives por mi y no escribes para mi. Que las canciones que tarareabas en las mañanas, solamente eran pequeños susurros para otra piel. Que cuando mojabas y mordías tus labios, podías saborear la boca de ella.   Pero me desconcierta algo más... Si la querías para ti, ¿por qué me elegiste? ¿por qué decidiste intentar amarme? y cuando te amaba...te fuiste. No quiero que vuelvas, pero me gustaría escuchar por primera vez de tus labios la verdad.   Te fuiste, y...creo que me fui contigo.