Sara (Bar literario)

El desvelo

Se arrulla mi deseo en tus manos de pájaro

y tus piernas son dos incógnitas 

de mis hombros a la medianoche.

 

La culpa de soñarte

me remuerde en esta realidad

de no tenerte

 

Y pensarte

como si fueras una noticia de economía

una crónica reservada a mi muerte

y pensarte

 

Y tenerte en mis sueños

siempre intacta

con tu cara de maniquí

sin desvelos

sin que los días te pesen

y te pasen.

 

Mientras, yo envejezco

y mi último latido

y ese reloj de madera

envejecido

y todo al unísono

clic...

seas tú fugada de mí