Risael Gradaje

:::: :::: :: Cogió su amor y se lanzó :: :::: ::::

Y se subió a la máquina que llevaría su corazón hasta la playa, ahí donde el sol convierte en oro su sonrisa y la mar enloquece hasta su timidez más escondida, ahí donde su piel se dora, donde todo hombre le adora, donde todo sueño se logra aunque sea por un instante, ahí donde se hunden los problemas en tan mágico horizonte, ahí donde se confiesa y se desborda, ahí donde pareciera ser otra, pero no, es la misma, ella, irónica y sumisa ante sus propias ocurrencias, callada y ostentosa de sus púdicas mentiras, de sus perversiones insolentes, ella, tan única y elocuente, tan endemoniadamente consciente de sus odios fidedignos, tan triste por sus deseos malignos, tan desconcertada, tan abandonada, tan perdida, ella tan tranquila, tan estremecida, tan bella, siempre caminando como si nadie más le viera, como si fuera posible tal enmienda arrojándose hacia al mar; ella se fue a la playa y planea no regresar. Ahora se pregunta cuantos hombres le seguirán… ella, tan endemoniadamente bella, buscando su final.