Es difícil empezar, a versar sobre este tema,
cuando amar a los demás, siempre fue nuestro lema,
el destino cruel ataca, dejándonos en soledad,
y cuando el corazón duele, es imposible escapar.
Echamos la culpa al destino, que no tiene piedad,
nos hace sufrir tanto y siempre deja sus huellas,
el camino que trazamos, el cariño que regalamos,
caen en saco roto, y no nos podemos levantar.
Peleamos contra el sino, de nuestras vidas vacias,
pensando en ese amor, que nos dejó con crueldad,
haciéndonos penar, al rumbear caminos desiertos,
sin pensar que es solo Dios, el que maneja los hilos,
y solo El decide mejor, lo que nos pueda pasar.
Tal vez sea bendición, el dolor que nos manda,
para enseñarnos a amar con toda sinceridad,
sin mirar nuestros problemas, ayudar a los demás,
a paliar hambre y miserias, que a mucho aquejan,
que no salgan de nuestras bocas, solamente puras quejas
Es difícil entender, los dolores ajenos,
cuando el mundo está lleno de infinita bondad,
pero los humanos vemos, solamente maldad,
los valores se han volado, hacia otras galaxias,
y lloramos en silencio, penas de nunca acabar.
Maria Hodunok.