Hugo Enrique

La usanza del amor

Dejemos atrás por un momento la rutina,
finjamos que tenemos de frente a un desconocido,
separados pero juntos al unísono del paso que uno camina,
y recordemos aquel tiempo de insensato olvido.

 

Ese tiempo donde tu soledad
y la mía, estaban en eterna nostalgia,
cuando tu alma y la mía perdieron voluntad
cuando solo sufrían penas e impasible agonía.

 

¡Intercambiemos miradas furtivas!
que todo momento sea inefable
¡Encontremos caricias nativas!
en nuestro mirar ya despreciable.

 

Vamos a enamorarnos como en el principio,
¡obsérvame, háblame y tócame!
destruyamos lo monótono de este suplicio,
¡abrázame, bésame y tómame¡

 

Seamos de nuevo solo un alma,
al ritmo de los corazones ardientes,
interpretemos caricias y silencio cual llama
que funde de nuevo a dos amantes.