Es en este invierno cuando mi alma se siente más fría.
Es en este invierno cuando mi corazón deja de palpitar, congelado por la nieve de tus palabras y la tormenta de tu indiferencia.
Es en este invierno cuando mi cerebro deja de enviar calor a mis sentidos.
Es en este invierno en donde me doy cuenta de que estoy igual, nunca nada a cambiado, ni en verano ni en primavera.
Desde que te fuiste, el peso de tu partida se convirtió en una inmensa nube gris y la lluvia...
¡Ah la lluvia!, son todos tus recuerdos que me empapan de pies a cabeza de nostalgia y pesar.