pablo beltran

Me dices Naturaleza…

Me dices Naturaleza…

¡¡Eres mi creación!! y todo lo que realizas

forma parte de mí.

Has nacido del seno de los mares y tus sendas

están labradas sobre mi cuerpo.

 

Lo que tienes te lo he cedido.

Tus hijos son mis hijos,

mi espíritu se iguala al tuyo.

Te he otorgado una compleja armonía

que es la sinopsis de la mía.

 

Tu historia se halla inmersa en mi piel.

La escribes

para que la borre sin desaparecerla

porque necesitas de ella.

Soy la semilla de tu cultura,

la inspiración de tu obra.

 

Para ti y tu protección

hago las lluvias de mana

en el desierto de tu conciencia.

Dispongo el alimento

que sacia tu enardecida esperanza.

 

Cuando brotaron las flores

en fértiles estancias

nació en ti la inspiración

y la alegoría que tú haces

llena mis sentidos.

 

Cada gota de agua

es un verso labrado en cristalina pureza

para que forme parte de tu esencia.

 

Te obsequio sin ningún trueque

el tiempo y el cosmos.

En ellos puedes satisfacer

los logros de tu vida. Puedes divagar.

 

Encierro el aliento que viene del sol

en mi frágil sistema

y te los dono

en exquisitos frutos de mis seres vivos.

 

Todas las multicolores pequeñeces

que te rodean

dan forma a tu fascinante grandeza.

 

Las aves del cielo, los peces del mar,

los árboles floridos la miel y la lana

estarán en tus manos. Disfrútalos.

 

Los páramos y nieves,

las estaciones, los remansos,

la arena tropical,

las montañas, son tuyos. Contémplalos.

 

Haz la vida de todas las criaturas

tuyas y mías,

templos que perduren

en la Madre Tierra.

 

Así como puedes contemplar

las estrellas en la noche,

te doy el don de escuchar

minúsculas realidades.

 

Serás completo cuando aprendas

que lo que te rodea

es la consecuencia

de la vida que me asiste.

 

Nunca pasarás siempre y cuando

nunca dejes

que yo,

quien te sostiene, pase.

 

Te di vida y completé mi obra

otorgándote la mente,

no para que me destruyas

sino para que me protejas.

 

Soporto tu acorazada persistencia

en herir mis paisajes

para tomar de mi seno

el manjar dúctil y precioso.

 

Transformas mis secretos

en negras armaduras

con las que ciñes y aguijoneas mi corteza.

 

Destruyes en un santiamén

lo que yo produzco en milenios.

No sabes cuánto tiempo estarás en mí

porque buscas acabarte.

 

Aun así, confío en ti.

Porque tus experiencias y acciones

llevarán por siempre un alma:

Tu Naturaleza.