Con el candor de los niños y la frescura de una flor,
sin lenguaje elaborado más que por mi corazón,
hoy expreso en esta obra la creación de mis años
que he escrito sin engaños y a impulso de emoción.
No me abochorno si les digo que mi lenguaje es sencillo
y que quizás al experto le resultaré un bufón,
pero al sensible lector que busca quien lo comprenda
le aseguro que en mis versos encontrará una razón.
Porque el “sentir” es de todos, hoy no lo dude el lector:
no es un profeta el poeta, sino un guardián del amor.
Lucila De Melo ©