Yo no pedí tener la maldición
 los trastos caen en la cocina
 las puertas se cierran ¡qué conmoción!,
 la luz se va y no dónde mi vecina.
Unas sombras negras me acosan mucho
 oigo voces, un hombre y su mujer,
 mi cuerpo tiembla, me sacudo y lucho
 corro a la habitación, me voy a esconder.
Las sombras me buscan estoy escondido.
 ¡Oh Dios grito! y con mucho odio me ahorca;
 me cubro en la manta, pero estoy perdido
 -él dice comamoslo como mazorca.
Grito desesperado y estoy enfrascado
 en la ilusa creencia de una pelea.
 Llega la asistenta acuda a mi llamado;
 con la Cruz, la Biblia y el agua que es tea.
Pero nunca ve nada la asistenta
 sólo los trastos rotos por el suelo,
 nada para creer que sustenta
lo que dice el jefe ¿es la droga que lo pondrá lelo?
Un beso y una flor.
Alfredo Daniel Lopez.
 18 - 10 - 2015