Lissi

La Dama y el Poeta III

Nuevamente Mili se dirigió al jardín en búsqueda de alguna señal que pudiera llevarla al autor de aquellos versos. Con la flor marchita entre sus manos caminó por el sendero que la llevaba al río donde hace algún tiempo platicó con ese hilo cristalino que corría presuroso. ¿Acaso, has visto tú al…poeta? –le pregunta al río- pero solamente escucha el rumor del agua deslizarse entre las piedras y es como una melodía triste monótona que no se interrumpe al caer las hojas muertas.

Mili repite en silencio “eres fragancia que me atrapa…” De repente, un fugaz recuerdo, aquel chico de mirada tierna que se sentaba detrás de ella, que le halaba el cabello cuando lo llevaba trenzado. En una ocasión, él le prendió un capullo seco en sus trenzas recién peinadas que la molestó tanto. No recuerda su nombre ni su destino después de la escuela.

¿Sería, aquel muchacho el autor de las letras que ahora danzaban en su cabeza?

 Eres…

musa de mis versos,

color que pinta

el lienzo

de mis amores.

Otros versos que aparecen en la segunda hoja de ese cuaderno estrujado y maltratado por el tiempo…

Continua...