rosamaritza

NOTAS DE VIDAS (esto ya me sucediĆ³, IV)

 

 

 

En la dulce paz de su hogar, Aurora medita a solas,

mientras toma un cafè, la mùsica de fondo le hace soñar,

con tiempos que no volveràn, de pronto el sonido del telèfono,

la saca de sus pensamientos.

- Hola, quien habla

- Hola, ¿como estas?, es Juan Carlos

El corazòn le da un vuelco, no sabe que decir, 

- hola, Juan Carlos, ¿ como estas?

- bien, y tus hijos como estàn,

- de excursión con su papà

- me pregunto si aceptarìas acompañarme este fin de semana,

a una competencia de ciclistas en las playas de Oriente, es un

grupo grande, organizado por la oficina.

Se queda en silencio, y reacciona

- dime a que hora mañana, debo estar lista

- a las 5 de la mañana, te paso buscando, hasta mañana Aurora.

- hasta mañana Juan Carlos.

De nuevo levanta el telèfono y llama a su amiga Elvìra y le cuenta

lo ocurrido, y esta le dice:

- Amiga, me siento feliz por ti, distrae tu mente y pàsala bien,

quiero detalles de todo a tu regreso.

Y rìen juntas, como grandes amigas, que a tràves del tiempo,

han compartido en las buenas y las malas, como verdaderas hermanas.

En la gran autopista, se puede ver un grupo de autos en caravana,

y varias camionetas, transportan las bicicletas.

Ya se pueden ver las hermosas playas, y una gran pancarta anunciando

la carrera, seguidamente llegan al punto de partida, se puede apreciar

una hermosa vista, de la bahìa, y la carretera a orilla de la costa,

y una pronunciada subida, que se pierde en la montaña, para

retornar en bajada, a su punto de partida.

Al concluir la competencia, caminan descalzos por la playa, 

sin pronunciar palabras, en el horizonte del mar, se puede apreciar,

el mas hermoso crepùsculo, reflejando un color rojizo,

entre las sombras, de aquel atardecer.

A lo lejos divisan al grupo, y Aurora le dice a Juan Carlos,

- a ver quien llega primero,

y corren ambos hasta llegar a la gran fogata,

todos brindan, hablan, rìen, cantan, y otros bailan tambor.

Algunos organizaron carpas, mientras Aurora y Juan Carlos,

esperaron el alba, que brindo un bello amanecer, en el amor

a los dos.

 

y la vida continua...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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