Bernardo Arzate Benítez

El mar.

 

 

Me acerqué al mar para pisar su orilla

por temor de la fuerza que contiene;

y me di cuenta que con el sol brilla,

y cuando no hay sol su brillo se detiene.

 

Como un grano de arena soy en su presencia,

y menos que una gota en su reinado,

por ello en la orilla estoy parado,

pues ir mas allá sería demencia.

 

Sin embargo su amistad no me la obstruye,

y deja mi actuar a mi albedrío,

mas debo recordar que el mar no es río,

 

donde bebe el ciervo mientras fluye.

A la orilla del mar estoy parado,

disfrutando del ocaso ¡embelezado!

 

Autor:Bernardo Arzate