Viento_de_Levante

LA ESPERA

Cesó el trino del jilguero,

el viento arrancó palmeras

Y la fría primavera

se vistió de un blanco invierno

que dejó secos mis sueños

y heladas mis manos yertas,

y cerró todas mis puertas

dejando mis penas dentro

para que yo las sufriera.

Y en ese mismo momento

se ofuscó mi pensamiento

y empezó la triste espera.

 

En los albores del alba,

cuando el cielo colorea

cada día la odisea

del intento de olvidarla,

y una leve marejada

anuncia que la marea

con sus perfiles, desea

retirarse avergonzada,

siento un rumor, en la arena,

de remolinos que bailan

y noto sobre mi cara

una caricia serena.

 

Oigo una voz modulada

y musical, que me altera.

-Iremos a las estrellas

y dormirás en mi cama.

No pensarás más en ella

y al nacer cada mañana

la luz lucirá en tu alma

y ya no habrá más tinieblas.

 

Son sus dos ojos de vino,

vestida de seda negra.

De hollín es su cabellera

negra como mi destino.

Blanca su piel nacarada

y también sus largas manos

y bello como un océano

el conjunto de su cara.

 

-Lo que mi amor necesita

es una tregua, mujer-.

Ella lo supo entender

y me concertó una cita

-Si cuando cierre el verano

no regresara tu amor

nos fugaremos tú y yo

como dos enamorados.

 

Sisea una brisa temprana,

el mar es color de miel,

y yo presiento en mi piel

el filo de la guadaña.

 

Viento de Levante