Daniel Eduardo Mendoza Camarena

Un Lamento... Hijo Mío

¡¡¡Madre!!! ¿Por qué no te puedo escuchar?

Cada día te llevo flores esperando que me hables

Mi mente me recrimina mis acciones y me abuchea.

 

¡¡¡Madre!!! Extraño tu voz, tus ojos, tu sonrisa

¿Por qué vida mía? Me castigas de esta manera.

 

¡¡¡Madre!!! ¿Por qué no podías ser eterna?

Dios se llevó a una gran mujer

Y esa Gran mujer… es mi Madre plena.

 

Autor: Emmanuel Torres Rodríguez