Alexander Vortice

YO SOY EL ENEMIGO (I)

Bien, estás frente a mí y tu cuchilla

se va a insertar en mi torso;

pobre animal absurdo:

no sabes que yo soy “el enemigo”?

Está bien, todo va bien:

Clavas tus ojos en mis ojos…

Tu acto es claro y considerado:

Los sobrantes como tú son bienvenidos

a mi liturgia de cadáveres.

 

Te vas acercando mansamente, con miedo,

todo está hecho. Eres uno de tantos

a los que voy enterrando en mi vergel

de amonestaciones.

 

Adecuado… Estás frente a mí

y tu sucia mano re tiembla

cual bajel en arenas movedizas;

enseguida estarás muerto,

rendido en el averno,

y yo cataré gratamente

otra copa de vino-vida

conmemorando que fuiste

uno de tantos.