Esteban Mario Couceyro

El camino

El tiempo laxo, impreciso

cansado de transcurrir

se desangra en el camino

ondulante del medio día.

 

Estoy en la nada

un tramo, por delante

y otro por detrás

los dos terminan, en horizonte

como agujas de un enorme reloj

marcan, inexorable el camino.

 

Me detengo, en el cenit fantástico

de mi angustia

quedándome abandonado de tiempo

respirando el aire respirado

mirando esa despiadada ruta

meterse en el mismo horizonte

de donde salió

como un burdo Edipo de asfalto.

 

Pasaron eternidades de tiempo

cuando veo acercarse furibundo

un camión, por el camino.

Pasó, dejándome remolinos de tierra

sacándome del letargo, sin tiempo.

 

Salgo al camino

y lentamente  comienzo

a transitar la ruta.

 

Acomodo mis pensamientos

calculo estar en una hora

abrazando a mi familia

 

los quiero tanto...