Ramón Bonachí

ARCOIRIS (SONETO)

Paseamos descalzos por la arena
tras ver que la tormenta palidece
y a poco que la lluvia desvanece
la magia y el color entra en escena.

 

El eco de algún trueno que resuena
no evita que miremos como crece,
que bello y atractivo nos parece
cuando todo de pronto  se serena.

 

Mientras dura observamos abrazados,
la clásica fortuna del momento,
parecemos ilustres invitados.

 

En un arco tan grande y opulento,
no somos más que dos enamorados
que disfrutan de un mágico elemento.