The White Witch

DOS EXTRAÑOS

 

Oigo a la noche gemir los azotes del viento,

La lluvia entró por la ventana,

Mojado yace el silencio,

Así quiero a tus manos sobre mi cuerpo,

Como las gotas que estallan en el cristal,

Deslizándose cual caricias que nacen suaves

Y mueren desesperadas,

Y en la bendita penumbra

Arrastrándose desnuda,

Entre otra sombra, una sombra sola,

La de tu cuerpo y el mío en el silencio,

Sobras de un mundo que ha quedado vacío,

De dos extraños que desde siempre se han amado…