Sergio G. Maeso

ROSA DEL CAMPO, CORAZÓN QUE HA EXPLOTADO.

Rosa del campo, corazón que ha explotado,

tu esqueleto verde y punzante te alza prematura,

todavía roja, todavía húmeda, todavía palpitando,

todavía llena de vida te elevas reinante sobre la llanura.

 

Tu antiguo caparazón se deshace en tierra a tus pies,

te da la vida con su muerte cada mañana,

con su fecunda sangre sacia tu hambre y tu ser.

¡Ay, rosa egoísta! Quién te pudiera sentir en el pecho clavada.