Daniel Eduardo Mendoza Camarena

La Duda y la Daga

La Daga y la Duda

 

Llevo un dolor muy hondo en mi pecho,

Como una daga atravesándome el corazón.

A lo lejos escucho tu voz,

Pero despierto de mi ensoñación…

Siento el sabor amargo de tu partida,

Casi tan desolador como una lágrima

Que recorre eternamente mi mejilla.

Mi duda perdura al preguntarme

Si alguna vez volveré a encontrarme

Con tu grata y bella compañía.

 

Amarte

 

Amarte es cuestión de conocerte,

De mirarte a los ojos solamente,

Es una experiencia con suerte

De poder volver a verte…

Tu sonrisa, amigablemente.

 

Ella era

 

Ella era diferente, inevitable, inefable;

A veces tan tierna, tan cálida, tan sincera;

A veces tan fría, tan distante, pero afable

Era ella, simple y sencillamente ella era.

 

Atardecer

 

Bruscamente cae la tarde

Sobre las montañas,

Cuando veo la lluvia tocar

Tristemente mi ventana,

Mi corazón se vuelve en oídos

Al escuchar las gotas del olvido.

El contacto del frío

Roza con mi cuerpo

Y es entonces, cuando recuerdo

Que estás en cada uno

De mis grandes anhelos

  

Sofía Q. L.