negrolindo

Besos en la Piel

        Siento el latir de tu corazón, cuando beso la tersura de tu piel tan inmaculada,

con su perfume embriagador, perdiendo el control ante la belleza sublime de tu cuerpo.

Beso tus pechos de miel, suaves y ardientes, que impregnados de sudor, me hacen saborear como un sediento moribundo.

       Beso tu boca, jugosa y deliciosa, que me quema el paladar como si el condimento de tus labios fuera

una mezcla de poción mágica, sin antídoto, sin remedio a un embrujo de amor, sin presentir su final.

       Beso tu espalda con eterna lentitud, sin apresurar mis movimientos,

desesperados por llegar a la profundidad de tu ser.

       Van quedando atrás mi cordura, y mi sensatez no la encuentro, abriendo paso a la pasión final,

sin medir los impulsos violentos, respondiendo a los movimientos de tu cuerpo, con un instinto animal casi desconocido,

mezclando en nuestras pieles la química mágica de nuestra sangre con el amor.

       Todo queda sellado en este acto, que cuando se prolonga en el tiempo, aumenta su sabor,

un sabor que se hace eterno.