Harold Yesid

Derrota...

¡Oh derrota infame!

¿Quién te crees?

Para dejar mi orgullo por el suelo

y mi soberbia en la basura;

mi deseo de éxito en la penumbra

arropado por el agrio sabor de la amargura.

Me abandonas en la sepultura

de un fracaso sin resurrección,

en donde el afligido corazón

llora de tristeza y angustia,

por el desafío que le asusta,

que es el de levantarse

y volver en busca de la victoria.

 

 

 

 

Said Vaikus Tosan

(Derechos reservados del autor)