Jesus Alejandro Reina

Ángel y tulipán

¿Cómo puede haber tanto silencio entre  mirar

lo que sé en tus ojos y el resistir a perderme

al compás tus latidos?

No hay manera.

No se calla,

No se va más allá  que tras el rastro de una verdad

que por verdad, es más abstracta que el destino.

Pero quedamos tan lejos, tan opacos al viento

que hasta en  nuestros caminos llueven las estrellas

sin poder comprender cuando perdimos la esencia

de lo que son los sentimientos,

o el significado de infinidad

y el Sahara parece tan vivo.

 

No sé como viven los enamorados

con la vida colgando en un beso.

 

No sé, como vivo yo, en esta insípida lobreguez

que me dejas, al saberte a migajas, ajena o irresoluble

 Mientras callas lo que me suplicas decir primero.

¡No sé cómo vives! ¡No sé cómo vivo bajo esta lluvia tibia!

En la que me hacen vivir… Ángel y tulipán.

Y me dejas ante el rogar del tiempo que acuna mi desdicha

y a tus pies me callas en mi presente.   

 

Espinas. Solo espinas en mi corona rasgan mis días

en ese espejo del que brotan fantasmas de arena

junto a la brisa que moldea lo efímero en ti, en tu silueta

 pronta a desaparecer mi razón.

 

Y las rosas que en pétalos infundo a sus pies

caminan a lo lejos sin descanso ni piedad

en la condena de esta jaula de bronce y silencio.

Donde ya no vive… ¡ No vive! La cabida a la duda