Al final del verano
se disipan los sueños,
se acaban las historias
que fueron pasajeras,
ya los sueños se visten
con nostalgia y con pena..
Desde el mar, ya despido
los amores vividos,
algunos pasajeros,
otros, tal vez soñados.
Continuaré el camino
mirando al cielo azul
perdiendo el horizonte,
dibujando en el aire, atardeceres bellos.
Hoy ya te digo adios
y la noche oscurece
mi sonrisa al perderte.
Mis pies aún descalzos
caminan por la arena
dejando que las olas
se lleven los recuerdos.
Me quedaré en la orilla
para ver un nuevo atardecer
tan lleno de ilusiones,
correré detrás del último rayo de sol
que va diciendo adios…
y me sentiré expectante…
esperando al otoño,
sintiendo que la brisa
acaricia mi cara.
“El Duende”
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