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Me enamoré,
y sí, te amé,
como huérfana luz,
que brillo en tí,
y me diste calor,
de ese que abriga la piel,
y te quise,
y perseguí a tu mundo,
con lo cierto de este amor,
y sí, te amé,
con la luna en la noche,
te entregué el corazón,
en una sola vez que te dí el amor,
y quedé como huésped en tu bendita piel,
y quise que fueras feliz,
pero, de repente un día,
me pregunté a mí misma,
¿porqué te vas?,
si te dí todo el amor,
y exprimí el deseo,
en tu cuerpo,
amándote aún más,
pero, me quedé seca,
sin el néctar sabor de miel,
y sí, te amé,
si tan sólo fue un momento,
inoportuno,
que me dió tu amor,
y los ojos se inundaron de dolor,
al saber que te perdería,
cuando por frío y calor,
se desvaneció el amargo de mis ojos,
en mi boca que tanto te beso,
sólo dame una voz en el cielo,
como eco en mi oír,
desde que el silencio,
entorpeció mi vivir sin tí,
¿porqué te vas?,
si después de amarte,
y sí, te amé,
como loca, al provocar,
que tu boca en mi boca,
se inundara de besos ricos.
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