Jesus Alejandro Reina

Tarde de Boda

Mi poema se rasga en las gotas del frío… ​

Desvanece, y la musa; que se pierde al jazmín ​

ya despeja tu boca con estrellas de estío​

y reboza el castaño la gerbera carmín.

 

Con naranjas finales sólo espero el cantío​

de fogosas nevadas recorrer el tarquín​

donde me hundo labrando un milagro tardío ​

contagiado de nubes tal sudario en Turín.

 

Dando tiempo, la plata con sonidos del norte ​

al dolor da silencio, al destino el exhorte ​

y al bufón de su trono lo carcome su luto.

 

Arrebol imponente ¿¡Cómo quieres que llore!?​

Si desnudo sus tules, y al oído le añore​

el altar sin respuesta con un filo impoluto.