Voy a quererte despacio,
sin prisas y sin pudor,
sosteniendo tu mirada
como Sagrario de pasión.
Voy a quererte erudito
como un óleo de Guillou,
no te importe lo imperfecto
daré frescura a tu blasón.
También te querré con enigmas,
con tu insolencia en esplendor;
voy a quererte, mi vida,
voy a quererte, mi amor.
Sólo me falta encontrarte;
no te escondas, por favor.