David Arthur

La Volta

La Volta

 

Que perfección mis ojos percibieron,

con certeza de ninguna semilla humana

más bién una mujer de sangre olímpica

para legar una eplendidez de tal deleite

 

Tocaron la música de una volta,

el baile afinado a ojos de aquiescencia

y dedos ardientes con cada roce sensorial;

mis manos por su cintura reposados.

 

Levantando mis brazos su cuerpo ingrávido,

a flotar cual si fuera en trance,

su descenso lento a anclar en mi abrazo,

su latido y el mío en un eclipse sensual

 

¿Nuestra aventura demasiado peligrosa,

el amor demasiado en juego o tal vez

rompimos un juramento venerable?

Antes de terminar en irrelevancia la música,

sin una palabra, sin mirar hacia atrás,

se huyó ,dejando su perfume en el aire,

el único recuerdo,

quedando mis labios engañados por los suyos

 

Inquieta y cansada de buscar el sueño,

mi mente acaricia su espejismo,

antes que la noche con imprudencia

lo seduciera a fugarse juntos,

envueltos al abrigo de la oscuridad