Jet

La caverna

Veinte años no son  nada y es muy cierto

que, al final, los tangos son sincericidas;

mienten y mal los boleros de la vida,

y tal vez somos gaviotas del Mar Muerto

 

que no vuelven cual oscuras golondrinas.

Lo más lindo del amor es un soneto,

y Sofía diluyendo lo concreto,

los poemas que ornamentan la oficina.

 

Me convenzo de que Hesse me ha convencido

del quieto viaje de vuelta a la caverna,

donde, dicen, es clarísimo lo oscuro.

 

Y les miento que confieso que he vivido,

pero antes de casarme con mi eterna

luz, recito este poema del futuro.