Raul Gonzaga

Mariposa que se escapa

Cabalgando albos corceles Por el orbe, el infinito,
Contemplando muchas formas De algodón y de granito;
Trascendiendo los espacios, Entre cristales de fuego
Con titilantes latidos Y con murmullos de ruego;


Hasta mirar los colores Más intensos y brillantes,
Donde nadie me acompaña Sólo familias errantes;
Contemplar el corazón De ese espacio hecho centellas
Y escuchar esos sonidos: La armonía de las estrellas;


Siento el cuerpo casi muerto Y mi alma intensa y tranquila
En el seno de su Padre Que su energía destila;
Oigo una voz interior, Siento una fuerza muy viva,
Y la luz que está en mi pecho Con su esplendor se cautiva;


Hijo mío, oye mi voz, Graba esta nota divina,
Di a tus necios hermanos Que la verdad encamina
A vencer esa ilusión, laberinto que te atrapa,
El amor deberá ser: mariposa que se escapa…