Te necesito en esta noche, en la de mañana, y en las que vendrán.
Te necesito, aunque sé que muchas veces te necesito.
Pero hoy surge la necesidad de escribir que te necesito.
Aunque hoy no sea la primera vez que escriba que te necesito,
ni sienta que te necesito,
ni será la última vez que te necesito.
Porque te necesito también cuando estás.
Te necesito cuando estás flotando sobre mí,
en mis caderas,
en mis labios,
en mis manos cuando te acarician
y te descubren mío enteramente.
Te necesito así como ayer,
como hoy, como mañana,
como cuando nací
o como cuando tú naciste.
Te necesito como siempre.