kavanarudén

Sin palabra alguna

  

Te pregunté si me amabas, mientras miraba fijamente tus ojos claros.

Me acariciaste la mejilla y acercaste tus labios a los míos.

Nos fundimos en un profundo beso y sentí que el tiempo se detuvo.

Te entregaste sin reserva alguna, mientras nuestros cuerpos se amaban con pasión y sin reserva alguna.

Ante tal respuesta, elocuente sin palabra alguna, solo puede dar gracias a Dios por tu presencia y el maravilloso don del amor.