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Me das el calor en la piel que abriga el frio,
con el tiempo en uso como el reloj de arena,
queda mi equinoccio sin estación alguna,
y el sueño de paz y de luz es como la luna,
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el calor de la piel que abriga el frio,
cuando llega el frío a detener el calor,
y es el frío que penetra en el alma,
hasta hacer inhibir la calma,
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el calor de la piel que abriga el frio,
cuando solo llega la compasión,
de unos besos llenos de calor,
que sí, cobijan a la piel,
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cuando llega la fuerza en luz,
desde que el silencio adormece,
sin luz ni alma hasta que se estremece,
aquí, con erizar a la piel con fríos,
que el calor puede hacer desaparecer.
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