\"Un pájaro hace suyo el cielo/ y en sus alas el anhelo/ de ser feliz lo acompaña./ Yo no tengo alas para volar/ ni cielo para alegrar/ este corazón que te extraña\".
Ambos pueden compararse, cómo no,
 a los dos les gusta el cielo en libertad;
 uno escribe poemas, tal como hago yo
 y el ave lejos de la bandada en soledad.
Ambos ven las cosas desde cierta altura,
 por eso más cerca del cielo pueden estar;
 el poeta escribe y embellece su escritura
 y el ave los cielos que libre ha de cruzar.
El viento de los dos es fiel compañero,
 con aves y poetas son tantos los temas;
 el ave con él tiene un vuelo placentero,
 es ingrediente infaltable en los poemas.
El pájaro vuela por el cielo libremente
 y como entre el sol y luna siempre vive,
 no es extraño que en su vuelo de repente,
 tropiece con versos que el poeta escribe.
El trovador habla acerca de lo que le pasa
 o de vivencias de otros, de amor y olvido.
 Un día cualquiera ya no regresa a su casa,
 así como el ave, un día no vuelve al nido.
Es tanta la similitud por motivos diversos,
 que aunque no quieras a veces los igualas
 y en la mente cabe un ave haciendo versos
 y se ve también un poeta abriendo sus alas.
Original de Álvaro Márquez
 Caracas, Venezuela
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