María

YO SIN VOS...

 

No es el sueño que olvidé porque su presencia es sostenida. No es el juego que dejé porque murmura  en todas partes. No es el cuaderno que escondí porque te parafrasea a cada instante. Es el deseo que sofoqué aquella noche en que no  nos confesamos. Y es la propensión natural por quererte de a ratos, por ansiarte siempre y buscarte de vez en cuando.