makata.

Un sutil error

Nunca creímos en los grandes comienzos, tal vez por eso lo nuestro nunca comenzó.

Y es que nunca fuimos poetas.

Y es que nunca fuimos amantes.

Y es que nunca fuimos amigos.

Y es que nunca fuimos conocidos.

Y es que nunca fuimos poetas.

Pero a pesar de todo; 

Escribimos los mejores versos con nuestras miradas.

Nos amamos hasta que salió el sol.

Hablamos como viejos amigos durante horas sin atender a la razón.

Supimos lo que el otro pensaba tan solo con mirarnos.

Acabamos como los viejos poetas, al borde de la mar.

Nunca creímos en los grandes finales, tal vez por eso lo nuestro nunca acabó.