Con el tiempo tan colmado de ti, las canciones se disuelven,
se perpetúan mortales, llenas de muerte.
Mientras, el delirio se alza entre tus labios, llenos de clamor, de olvido,
y las causas así, encuentran su razón bajo tu nombre,
porque contigo no hay vida, ni miseria, ni amor conscripto que se funda en otro canto
llenos de gritos o de rostros o de muertes o de ti.
No hay, amor, nada que exista sin que tú, con tu voz de silencio
no nombres eternamente.
No hay, al final de todo, tiempo que se habite sin tu tiempo,
porque tú, ya te lo has llevado todo.