ALVARO J. MARQUEZ

COBARDÍA

\"Debo admitir aunque me duela/ que a pesar de lo mucho que aprendí,/ nunca encontré una escuela/ que me enseñara a vivir sin ti\".

 

Creamos al amor, juntos lo vimos crecer,

tomando tantos espacios en nuestro ser

y entre obstáculos avanzando muy firme.

Abriendo caminos para seguirme y seguirte,

siempre había un te amo listo para decirte

y muchos salidos de tu alma para decirme.

 

Ah, pero eran tiempos de un sol radiante,

que nos iluminaba generoso y cautivante

y nos resultaba grato y muy fácil amarnos.

Veía en tus ojos y tú en los míos sus reflejos

y aunque estábamos en realidad tan lejos,

corríamos en alas del viento a abrazarnos.

 

Fueron buenos esos tiempos para el amor,

pero un día nuestra historia cambió de color

y hubo en nosotros un cambio de actitud.

Era un amor tan fuerte, repleto de belleza,

pero de pronto, justamente esa fortaleza,

dejó de ser, como antes era, su mejor virtud.

 

Y se volvió un amor débil, ya nada era igual,

capaz de morir, él,  que nos parecía inmortal,

el mismo que puso aquellas flores tan bellas.

aquel amor que siempre nos parecía infinito,

comenzó a enfermarse y a mostrarse marchito

como marchitas  ahora en el jardín están ellas.

 

¿Qué nos pasó? ¿Por qué ese cambio de repente?

¿Dónde está ese sol que brillaba generosamente?

¿Por qué ahora para el amor no existe una defensa?

¿Cuándo se tornaron todas las nubes tan grises?

¿Por qué un sentimiento tan puro y sin cicatrices,

deja que veamos ahora una cicatriz tan inmensa?

 

¿Por qué lo vemos agonizar y dejamos que muera?

¡Era un amor como ninguno! ¿O acaso no lo era?

¿Cuál es la verdad acerca de lo que ambos sentimos?

¿Detrás de cuál excusa cobardes nos ocultamos?

¿Acaso todos los “te amo” que intercambiamos

son pruebas fehacientes de que sí nos mentimos?

 

Yo no creo haberte mentido, pero aquí estoy…

testigo de cómo triste se muere el amor soy

y en esta historia ya no existen las sonrisas…

Reina un silencio casi fúnebre, es absoluto…

Y no se sabe si alguno de los dos llevará luto

ni sabemos si al menos, guardaremos las cenizas.

 

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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Publicado el 1/8/2015
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