Mike Rodriguez

MÁSCARAS

 

Se levanta el día,

el cuerpo se desviste del negro,

cierra sus poros el alma,

el sueño recoge sus alas oscuras

y por el túnel de los ojos

penetra el látigo rojo de la vida

 

Abandonamos el lecho

llevando en la manos

caricias futuras y penas añejas

y en el pecho enraizada

la certeza de saber

que el tiempo es una herida

que se desangra

 

Caminamos entre la gente,

entre sus pensamientos

                cándidos y afilados,

una niebla se levanta

como follaje de hierro

entre nuestras presencias

y se despliega un abanico

                               de máscaras

en el teatro de los reflejos,

donde ya somos otros

mas no somos lo que decimos,

porque hablamos

con la entraña con hambre,

actuamos con la aspereza

de la cáscara seca del corazón,

y en nuestra garganta

la verdad y mentira

se vuelve espada y terciopelo

 

Sonreímos como infantes

que no conocen el mal

mientras en nuestra mirada

brilla la hoja plateada de un puñal,

y maquillamos nuestra pureza

para provocar la enviada

y para incitar el amor,

llenamos nuestro entorno

de objetos ostentosos

para disimular el vacío interior,

disfrazamos nuestra fragilidad

con la piel de un leopardo

y envolvemos nuestros miedos

entre ladridos de perro guardián

 

Pero llega el crepúsculo

y  recorre las calles

de éste mundo tan despoblado

                                de transparencias

recolectando flores y flechas

que no dieron en el blanco

 

Las cigarras cantan

la noche se abre

volvemos a nosotros mismos

y nos ponemos la máscara

de nuestro propio rostro.