caudal de río

No puedo irme

Aquí seguimos Amor, y sin embargo no podemos respirar. Mírame reír, mira cómo río sin respirar, mira cómo camino sin respirar… mira cuánto me cuesta este amor, mira cuánto me ha quebrado.

Yo soy tuya, siempre lo he sido y hasta ahora lo supe, hasta ahora que te entrego mi cuerpo cuando puedo, mi boca cuando tienes sed, mis ojos cuando despierto y mi alma cada vez que respiro. Soy tuya, estoy más adherida a ti que a la propia vida. Eres la vida que conozco, que vivo, que me enciende el corazón.

Cuando te marches me habré apagado para siempre, pero me llevarás contigo, porque tu sangre habrá quedado mezclada con la mía, porque mi fe habrá resucitado en ti, porque mi llanto habrá de vivir en tu llanto siempre.

Ya no puedo irme, aunque quiera. Lo he intentado y sólo logro romperme más. He conseguido una invalidez profunda, anímica. He conseguido dejarme, -por Dios, me he abandonado pero no puedo salir de tu piel, no puedo abandonar tu caricia, tu perfume.

Moriré. He de morir pronto, lo huelo, lo siento; la muerte manda cartas preguntando si ya te has ido, si ya puede entrar, si ya estoy sola. Habré de estar sola.

Volveré a mí.