John morales

Para el alma de mi amada (liras).

Mi amada es sólo mía,

¡oh, sus ojos son noches de destellos!

su faz; melancolía.

Sus manos son dos sellos,

por su nombre caminan mil camellos;

 

su escapulario tiene

sedales finos, toda ella amanece

de luz, mi amada viene

por lirios y se mece

entre vientos australes y florece;

 

sus muslos son caminos

y listos para andar. Yo anduve en ellos

entre sus azulinos

besos; como plebeyos

enfilados entre los ritos bellos;

 

sus nardos son las brasas

ardientes de mi eterna vehemencia

que en tu sosiego enlazas,

obséquiame paciencia,

¡desde el hondo clamor de la conciencia!

 

Mi amada es semejante

a mi, de ella son todos mis quereres,

mi camino fue errante

vivía entre otros seres,

ella es única entre cien mil mujeres;

 

su corazón es grana,

su voz, como el millar de mis canciones,

su cabello es de lana

tejida en emociones,

toda ella se remece en oraciones.

 

Sus amores son como

los más finos aromas de ungüentos

sobre su blanco lomo

y se cuentan a cientos,

a miles sus talentos.

 

Os declaro a mi amada;

mirad su andar, sus vestes elegantes,

mirad su alma sentada

sobre umbrales pensantes,

tal es la amada mía, entre volantes.

 

 

Derechos reservados de autor.

David John Morales Arriola.