Alcibiades

Ante nada me asombro

A veces cambio invento resonante,

en los cambios nunca expondría nombres.

El asombro para mí son costumbres,

no hallo sorpresa en vida mendicante.

 

Vivo en la discriminación constante,

desde la niñez sentí esos calambres,

supe esperar a pesar de las hambres.

No distingo vocal de consonante.

 

No es asombro la rareza del mundo,

en el mismo sobrevivo en zozobra,

todo el arancel el vivir me cobra.

 

Sonrío al protagonista iracundo,

su espejismo no traspasa mi pecho.

Al caníbal le digo; buen provecho.

 

Alcibíades

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Toda revelación no es más que un robo al futuro...