Nik Corvus Corone Cornix

Rajatabla

Entuerto cuasi atmosférico subrayo
la miríada de nubes del pesar,
en los recovecos del cuarto oscuro
dirimo un escapar, un empañar, un terminar.

La oscuridad quita el color y embelese el entroncar,
aparece la profunda sazón del maquiavelo
y laberíntico sistema de engranajes
que ya es el confiar..

Por sobre esta diadema
trunca y forajida,
empeñada en durar,
arrebatada en una insulsa maraña
de sosteneres que uno tras otro
no dicen nada.

Se funden en un ansia
enferma por el perdure,
mientras sofoca
y llena de atisbos kaleidoscopeos
acerca de un amor ya inexistente.

Enjambre de prepotentes caprichos
ya no infligen un soportar,
y el eco atravesado de palabras
esmeradas en pergueñar
un no me importa,
sucumben en dirigir una verdad.

Que a otra cosa mariposa,
que la fresca e intransigente
divinidad de lo pleno y enjaulado
de un mirar,
ya no se posa y no azora,
no desvive un respirar
atormentado por conocerte
y mantenerte siempre atenta
a payasadas.

No adormece un preocupar
ante la ensimismada e infinita
piel circundante y sin razón
de ese ángel tercero en fuga,
el cual deslumbra pestañeos
y tira de hilos a una sonrisa
llena de enamoramiento.

Ensalso esta verdad
y ya elijo no dormir y no luchar,
tranquilizo ante la gota plena de luz
en la que con estas palabras
te digo te afirmo y te sostengo,
que ya no te quiero mas a mi lado,
así de intoxicante y obstrusiva
con respecto a todo el amor
que tengo para dar.