Pepe Pnca

38. RELATO

 

 

38.

 

 

¿CULPABLES?

 

 

El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera culpado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Dijo que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, pero pidió que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás, como si fuera el único perfecto.

 

En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo juego de ajedrez. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación.

 

Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho:

 

- \"Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos\"-. Dijo él.

 

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limpiar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo de producir y hacer las cosas de calidad.

 

Ocurre lo mismo con los seres humanos. Es fácil encontrar defectos, pero encontrar cualidades es para los espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.