RaulBravo

Nuestro ataúd.

Me gusta imaginarte en el ataúd, imaginaros en nuestro ataúd, un lugar en el que nadie nos mira, en el que nadie puede vernos, en el que vivimos para matarnos, un lugar en el que te gusta hacerme daño, un daño del que no me quejo.  Un lugar que se convierte en un momento, un momento en el que;  tus ojos se fusionan con el horizonte, con el cielo, cuando te miro; tu aliento se funde en mi boca, en mi oído, cuando te beso;  Tus dientes muerden la vida y tus manos agarran la muerte y, después de todo, qué me gusta imaginarte comprando el pan, preparar el café y andar de puntillas…