Franklin Sandi

Los espejos, esos ojos planos

 

Los espejos, esos ojos planos que te observan

desde la raíz del reflejo

que te miran de manera tan fría

que te auscultan

los pliegues de la espera

que te siguen con la mirada y te persiguen

como si quisieran atrapar al vuelo tus ensueños.

 

Esos portones claros del invierno

por donde ingresan astillas largas de frío

y bocanadas de miedo nocturno

son ventanas intactas sin visillos

por donde no sabemos qué curiosidad te mira.

 

Esos ojos que no duermen y encandilan

son ojos que te conocen desnudo

que impávidos recuentan tus defectos

y te miran hasta el fondo las pupilas.

 

Esos ojos se quedan mirando aunque te vayas

quién sabe qué ilusiones encendidas

en los fósforos del alma

con pupilas monstruosas que les dejan

temerosos a los niños en las noches.

 

Temerosos a todos porque si apagas la luz

siguen mirando

como si estuviesen meditando entre la sombra

el origen y el fin de los ocasos.