Un ser vive en mi que refleja mis médulas;
se alimenta de mis miedos y dudas;
flota como un barco en alta mar;
es siniestro como el lobo tras la presa.
El recuerdo de mi lo alimenta;
una vergüenza exigente deja en mi ser,
que jamás cesa y envenená mi sangre,
asustando la poca seguridad.
Pensamientos en rueda de fortuna,
donde cada vuelta es un recuerdo,
recuerdo de lo difícil que es esto;
jamás podré salir envuelto sin ayuda.
Soy lo más incompetente en detalles;
él lo repité cada vez que pienso en mi,
muy adentro vibra su voz fría,
quema mi ser odiando en llamas.
Vivo los días de incertidumbre mental,
tratando de ver más allá en esto;
logro un éxito el olvidar y seguir,
en este juego cerebral sin salida.
¿ÉL VIVIRÁ POR SIEMPRE?
Vivirá en mi hasta que deje mi último respiro,
me recordará mi poca naturalidad inaceptable,
y sé que me dejara solo jamás me ha aceptado,
pondrá fin hasta verme sin nada como detestable.
HERMOSO AMANECER VEN A MI Y MUÉSTRAME,
UN CAMINO SIN SUPERFICIE DE ESPINAS,
Y HAZ QUE MIS PIÉS TOQUEN LA TIERRA,
DONDE NACÍ PARA VIVIR, NO PARA ODIARME.