Luis Eduardo Reyes Púa

Causales del desamor

 

Irrumpen a media noche tus delirantes gemidos.

 

A una distancia “prudente”,

tu imprudencia desgarra de mi pecho, el corazón.

 

La desnudez de tu cuerpo se funde entre su cuerpo.

Las efímeras luces trasciende por los fríos ventanales,  y la alcoba, se ilumina a medias, mientras suena una canción. 

Van y vienen, copas llenas.

El éxtasis del licor te transforma.

Golondrina en libertad eres de pronto y vuelas,

por tu imaginario mundo,

sin detenerte un segundo.

 

Intentando extraviarte en un orgasmo van sus manos, por tu rodilla, surcan tus muslos y llegan… sin prejuicio alguno, te encienden.

Cae tu ropa sobre el piso y callas.

El silencio de tu presente equivale a mi lamento en la distancia.

 

Su boca y tu boca, se desvían por sendas libidinosas.

Tu espíritu y su espíritu cabalgan juntos hacia el sitio mismo donde las promesas y los principios morales no tienen valor.

 

En algún lugar lejano, entre el hastío incesante de la soledad, espero… atado a esa absurda convicción a la que muchos llaman: esperanza, fe… no sé qué.

Cobijada por sus brazos te imagino: sonriendo, gritando… viviendo.

Y espero, a que  tus promesas se hagan realidad, o a que tengas el valor de decirme que lo olvide todo, que te irás.  

 

Intento no morir de frío.

Pretendo, al cerrar mis ojos, olvidar que existo,

que te amo, que existes y por ello a veces,  te odio…

 

Copyright © 2015 Luis Eduardo Reyes Púa.
Del poemario “Lo que me dijo la luna mientras me echabas al olvido”