DAMSYD

Sombras

Las sombras no dejan de ser sombras pese al frío.

Hasta el ave, cansada de su vuelo, va a buscarla y halla alivio en la penumbra.

Porque andar con los pies desnudos en el desierto hace llagas,

y la sombra dulce, amaina los ardores que uno calza.