Eres la niña que el señor eligió, hermosa estrella que en la tierra posó, eres capullo el sagrario de dios, entre la duda aceptaste la misión, que el señor, te encomendó.
Con humildad, con grandeza y sencillez, acompañando en su camino y su misión, siendo la madre protectora siempre fiel, y en ese grito de dolencia y compasión.... Eres tu.
Mirada eterna que la noche iluminó, caricia al alma que es consuelo en el dolor, palabra al tiempo que mitiga mi aflicción.
Junto a la cruz, te traspaso el corazón, mirada eterna que es fortaleza y devoción, por eso madre, hoy te
cantamos hacia vos.. Uniendo todas, todas las voces, en una sola oración!..